Mi niña se fue a la mar,
a contar olas y chinas,
pero se encontró, de pronto,
con el río de Sevilla.
Entre adelfas y campanas
cinco barcos se mecían,
con los remos en el agua
y las velas en la brisa.
¿Quién mira dentro la torre
enjaezada, de Sevilla?
Cinco voces contestaban
redondas como sortijas.
El cielo monta gallardo
al río, de orilla a orilla.
En el aire sonrosado,
cinco anillos se mecían.
Federico García Lorca
Amanda, que bonito lo hacía nuestro Federico Garcia Lorca.
ResponderEliminarbonita y muy sentida.
Un fuerte abrazo,
Lo hacía de maravilla, pero conozco poetas actuales que siguen la senda de lo grandioso.
ResponderEliminarSigo leyendo tu blog con curiosidad ,
y me encanta ver que permaneces en el mío.
Un abrazo, Paco.