jueves, 3 de abril de 2014

Llanto de la puta invisible

Es en la noche
cuando se encienden las luces del cielo
y los hombres las imitan
en casinos y callejuelas.

Es en la noche
cuando se escapa la vergüenza.

El alcohol promueve
la valentía de los sentidos,
los amantes no se hablan,
los sueños salen del nido.

Es en la noche
cuando los coches se apagan,
se silencian las bocinas,
es cuando los búhos hablan.

Es en la noche
cuando llega la mañana
a secuestrar a la luna
que se deja, horrorizada,
ante lo que el día lleva,
y el poeta ya no canta.

Los quehaceres se prosiguen
y las vírgenes se espantan.

Es entonces cuando se apagan las luces
y el sol de la realidad
de los sueños hace lumbre.

Los borrachos son extraños,
las putas ignoradas,
se envalentonan los coherentes,
los sensatos y los sabios,
y se olvida la embriaguez
de los amores dejados.

En su eterna disputa
vienen, corren, van los años,
intercalando ansia y prisa,
poesía, arpa y astros.


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