martes, 27 de noviembre de 2012

Versos con Jose Luis Morante.

Hoy, en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, estudiantes de periodismo y de comunicación audiovisual hemos tenido el honor de asistir a la conferencia protagonizada por el escritor Jose Luis Morante.

El evento comenzó ya con la belleza propia de un escritor de lo bello, sinónimo, podríamos decir, de vida. Empezó citando a Mario Benedetti al que en una ocasión preguntaron "¿por qué escribe?". Su respuesta, nos contó Morante, le dejó fascinado: "Escribo para que me quieran", fin que Morante comparte. Tras esta anécdota hizo referencia a otro grande, Jose Luis Borges y sus palabras "cada vez leo más y escribo menos".

También explicó que escribir no es lo mismo que ser funcionario, que puedes pasar temporadas enteras sin escribir un solo verso y que esta era la razón por la cual él mezcla libros de poesía con la crítica literaria, campo en el que se ha movido, entre otros, con Luis García Montero. La ventaja de la crítica literaria, nos explicó Morante, es que te enseña a leer, y como inconveniente te hace ser tan crítico que te da incluso vergüenza publicar tus propios libros.

Hizo referencia a la posición, a la cola, que ocupa España en lo que a la lectura se refiere, comparada con países como Finlandia. E hizo énfasis en que leer necesita tiempo, y la actualidad se mueve demasiado deprisa.

Y llegó la gran pregunta... ¿qué es poesía? Morante lo tenía claro: es intentar que las personas que lean los poemas tengan los sentimientos, intereses y actitudes que ha tenido la gente que escribió. Y citó ejemplos que iban desde el amor hasta una papelera, pasando por un paseo.

También argumentó que los temas no dan la categoría poética, sino el uso acertado de la palabra, que puede estar estructurada en verso rimado o en verso libre. Este último cada vez más utilizado, lo que no significa que al usarlo no se deba conocer el ritmo del poema.

Morante aseguró que él no cree ni en la poesía programada ni en la inspirada y que el poeta es un hombre de estudio, es decir, que ser poeta requiere mucho trabajo.

Tras compartir estas pequeñas y a la vez intensas percepciones nos regaló algo que pocos habíamos tenido la oportunidad de recibir. Tras haber conocido un poco de su yo que pienso a través de su antología, Mapa de ruta, nos leyó en voz alta algunos de esos mismos versos que días antes habíamos leído para nosotros mismos, con breves explicaciones que nos acercaban mucho más a aquel poeta que tan lejano nos había parecido días antes.

Comenzó con su primer libro de poesía: Rotonda con estatuas (1990), explicando como la soledad de alguien cansado de estar con gente le llevó a sentarse a hablar con las estatuas.
El poema elegido para esta antología fue Heterónimos, es decir, la doble condición que todos tenemos para ser más de una sola persona (la que parecemos y la que de verdad llevamos dentro).
Compartió con los estudiantes como se imaginó la prisa, el agobio, los compromisos, como si se hubieran fundido en una sola identidad y , tras esto, pasamos a leer El enemigo leal (1992) y, el primer poema, los hechos consumados, poema en el que conoce a ese enemigo leal.

Tras esto pasamos a Sabios consejos. Siempre que tenemos una mala racha hay alguien que nos ayuda, el mejor consejo que le dan al poeta es "dedícate a otra cosa", presentó.

El siguiente libro recogido en la antología poética del autor es Población activa (1994). La elección del título fue debido a que, aunque se presupone que población activa es aquella población que contribuye a hacer un producto interior bruto, para él siempre había estado formada por toda aquella gente a la que le encanta perder el tiempo (cantautores, románticos...), y que su enemigo son los lunes. De esta última reflexión viene su poema el arte de vivir los lunes.

Y pasamos a otros versos, referidos a una imagen visual. El autor de Población activa nos contó que recuerda intensamente su primer trabajo como profesor, en Cádiz y que recuerda en especial la Playa de Valdelagrana en su momento mágico del día: cuando sopla el viento de levante y todos se marchan de allí, quedando cuatro kilómetros de soledad y arena.

Uno de los poemas que más había gustado, nos contó, fue Postal nocturna. Además compartió la historia personal que le había inspirado en este poema: cuando estudiaba historia, había una hermosa chica en clase, pero jamás le hizo caso para algo más que pedirle cuadernos. Pasó el tiempo y volvió a verla por Jerez de la Frontera pero... su aspecto había cambiado, no era la misma chica. También nos sinceró que a pesar de que la protagonista del poema se llama Katty Juárez, no es el nombre real de ella.

El siguiente libro es Causas y efectos (1997). Fue, para el autor, el tiempo de las preguntas. Una de las reflexiones que  siempre le han acompañado es como la mayor parte de nosotros somos fruto de trabajos que no nos corresponden, sino que corresponden a los demás. Por ejemplo, padres trabajando para que sus hijos estudien y sintiendo en la recompensa de sus buenas notas, alcanzar el cielo. Y de aquí nace Recuerdo de mi padre.

Reflexionó acerca de que la experiencia quiere decir que todo lo cotidiano es fuente continua de sensaciones que hace que cada uno de nosotros tenga siempre lleno el depósito de términos literarios. La otra fuente, comentó, es la cultura, los libros. El poema Ante una biografía, que habla del gran Leonardo, se acerca más a este estilo culto. Da Vinci, explicó, tuvo éxito muy joven y a muchos protectores pero comprendió que en el futuro lo que perduraría sería su obra ya que no somos eternos pero sí lo son aquellas cosas que hacemos desde el valor, la belleza y la palabra.

Pasamos tras esto a un poema dedicado a su hija Irene, Acerca del sueño y esa creencia propia de los niños de que los padres lo saben todo.

De Un país lejano (1998) leímos un poema titulado Francotirador en el que Morante intenta meterse en la cabeza de un francotirador en Sarajevo, entender qué pensaba alguien al poner una bala donde antes había un soplo de vida. También leímos Profesor de idiomas, poema más humorístico centrado en los cursos de verano del Escorial, en los que él ha participado alguna vez. Leímos un poema del mismo libro titulado El miedo y, tras esto, pasamos a un nuevo libro: Largo recorrido (2001) y el último poema recogido en él, Desde Rivas. Compartió con nosotros la importancia que Rivas había tenido en su literatura. Reconoció que él trabajaba como profesor en Arcos de la Frontera, pueblo precioso, y que Rivas, lugar al que fue destinado,  era feo, aunque Rivas comenzó a crecer, Rivas ha cambiado.

Y pasamos a su último libro La noche en blanco (2005) y al último poema leído Resaca, dedicado a Jose María Fonollosa, poeta que se suicidó en 1991.

Tras la intensa lectura hubo unos minutos de coloquio con los oyentes. Morante expresó que para él la población activa está formada por inútiles útiles para que la gente sueñe. También comentó que había intentado utilizar un lenguaje culto en sus poemas pero con claves para facilitar la comprensión al lector.

Finalizó el acto y Morante se mantuvo cercano en todo momento, dedicando con dulces palabras libros a los alumnos que lo desearan.



Comparto su blog por si queréis conocer un poco más de él : http://puentesdepapel56.blogspot.com.es/
y os recomiendo su antología poética, Mapa de ruta, una y mil veces.




A mi amiga, mi compañera:



Ella es como un soplo,
el aliento, la frescura,
camina y sus pies
se visten con la aventura.

Soñé seguir el camino
que siempre anduvo escondido,
mas ahora toma forma,
un resquicio de sentido.

A pesar de continuar borroso
tras la niebla de la integración,
tras el estribillo, hoy, ahora
aún queda, temblando, canción.

Hoy no son ya sin conciencia,
hoy cobraron vida,
perdieron toda inocencia.
Y a la vez son como niños.

Ella me dio su misterio,
leo en sus ojos la vida,
leo en sus dulces pupilas
todo lo que en mí no leo,
tanto que a veces olvido
pero que como tímidas hadas
saben que en ellos sí creo.

Y más creo aún en ella,
en sus sombreros que soplan,
en sus dos lentes que cantan.

Creo en su piel, su vibrar,
en su escondido suspiro
que le da cobijo al mío
y me enseña que es posible,
que hay sentido en todo esto,

que hay un lugar para ellos...
...para todos nuestros sueños.

Dying young


http://www.youtube.com/watch?v=dORifyMoxRQ



The ludlows

http://www.youtube.com/watch?v=YGSTlm0yEaU


Dante's prayer

http://www.youtube.com/watch?v=7mxok9DB9co




Doe eyes

http://www.youtube.com/watch?v=-REGVs1UlF0


Heterónimos


Dentro de mí conviven, abocados 
a una inmensa rutina sedentaria, 
el yo que pienso y otro, el que parezco. 
Un pacto, que firmaran con los ojos, 
les conmina 
a respirarse en cierta tolerancia 
y ambos han sido absueltos 
de mencionar, siquiera, 
cuál fue la última causa 
que les diera la vida. 

Cada uno tiene ya su enclave exacto: 
el yo que pienso 
habita, día y noche, 
la intimidad de estas cuatro paredes. 
Es semejante a un niño que olvidara crecer, 
y por lo mismo 
nada en el mar de una sabia ignorancia. 
( “Acaso sea el invierno… 
es razón suficiente para explicar el cosmos“) 
Y balbucea. Ríe. 
Se pierde en los espejos. Gesticula. 
Colecciona recuerdos como si fueran conchas 
que ha enterrado el olvido. 

A veces llora, y viste el jersey gris 
de la melancolía; 
entonces toma un folio, 
donde inicia el galope un sentimiento 
y se hace reo de pertinaz tristeza, 
hasta que traspapela la mirada 
y descubre, cansado 
que afuera cae la lluvia 
y mojan su perfil 
unas livianas gotas de mi nube. 

El que parezco 
está en la calle de continuo. 
Todos le conocéis 
pues con todos comparte ese pan y esta sal 
que, bajo el brazo, trae la vida; 
las cotidianas dosis 
de angustia existencial, trabajo y ruido. 
Con él tropiezo, 
una tarde cualquiera, 
al doblar una esquina, 
y tras justificarme torpemente: 
“hallé la puerta abierta 
y me aburría…” 
me despido gozoso y luego marcho 
-el paso lento, sepultadas las manos 
en los amplios bolsillos del vaquero- 
a ver, sin más, el mundo por mis ojos. 


Jose Luis Morante

Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn

<< ...después de un largo rato sonrió.
En mitad de la sonrisa se quedó dormida...>>
RAYMOND  CHANDLER


Pero también es hora de que cambien por fin estos papeles y la sangre salpique más allá de las páginas.

Como instrumento sirva la palabra; la frase que reviente el descanso feliz, las tazas de té, porque a las cinco en punto de la tarde van demasiado lejos los hechos ocurridos y una agria miseria nos queda detrás de cada sorbo, cada modo distinto de encender un cigarro y decir finalmente la frívola opinión que nos merece el tiempo.

Ya sé que afuera tiembla el mar, y tus ingles esperan que comience el romance interrumpido, pero persiste aún ese paisaje urbano que urge a la violencia, y es hora de que cambien por fin estos papeles y la sangre salpique más allá de los ojos, venciendo en su locura el límite forzado de las páginas.

Luis García Montero

Tienda de muebles


En la tienda de muebles
hay mil casas vacías. Los espejos,
la perfección pulida de las mesas
y de los canteranos,
el cristo de Dalí, las acuarelas,
los armarios, las camas, todo duerme
con la inquieta nostalgia de sus metros cuadrados.
y campanada de reloj que saltan
sin nadie a quien llamar
también quisieran
vivir en los horarios, ser mañana
una versión doméstica del tiempo.

Es mayo en el jardín. Una pareja
se vigila los labios con mirada de nácar,
merodea en las dudas que conducen
hasta el beso primero,
Ése que por la noche se medita
y vuelve a repetirse, natural, encendido,
Como un gesto mecánico.

Luego serán los meses estampas de almanaque,
decorados que corren a la cita.
En agosto provoca la distancia
cartas de buen amor. Pero septiembre,
cómplice de los árboles, propone
una sabiduría de plazas y jardines,
Y la luz del otoño
es igual que un abrazo detenido,
tiembla confusamente,
como tiemblan las horas en la casa de Alberto,
no habrá nadie mañana,
tú ya sabes quién es,
mi mejor compañero de trabajo.

Verte desnuda
o comprender el hueco de las manos,
no tengo miedo, amor, porque te quiero,
me gustas con las luces encendidas,
aún es pronto,
llámame cuando llegues,
voy a colgar, mi madre
necesita el teléfono.

La luna impertinente de los sábados
se apoya en la guantera del 127
y por los hombros cae
lenta como las luces serenadas
sobre la discoteca.
Pero también es bello el sol de invierno
en las mañanas de domingo.
Mis padres quieren conocerte,
hace ahora dos años que salimos,
yo puedo trabajar, tal vez nos llegue
con mi sueldo y la rosa de tus labios,
ayer encontré piso,
amor, verte desnuda
es comprender el hueco de mis manos,
balcones frente a un río, poco a poco
lo iremos amueblando, yo quisiera,
cuántas mensualidades,
envejecer contigo en esta casa,
en esta habitación, en este beso.

En la tienda de muebles
hay mil besos vacíos. Ayúdame a escoger,
mira la cama grande y abrazada,
el sofá de las tardes infinitas,
un armario que puede
doblar las estaciones y guardarlas,
de cuánto los recibos,
la mesa familiar, mira el espejo
que sabrá la estatura de los niños,
podemos firmar letras,
amor, es tu desnudo
lo que divide el mapa de las sábanas.
Seguir, envejecer, soñar la vida
en el tanto por ciento de un abrazo.

Será felicidad, memoria fuerte
los muebles de la casa,
hasta llegar al sueño más oculto de un hijo,
ése que funda el tiempo
y vuelve por las noches,
natural, encendido de huellas primitivas,
De valores eternos
que se compran a plazos
y tal vez con un poco de rebaja.

Luis García Montero

Poema XVIII


Aquí te amo. 
En los oscuros pinos se desenreda el viento. 
Fosforece la luna sobre las aguas errantes. 
Andan días iguales persiguiéndose.

Se desciñe la niebla en danzantes figuras. 
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso. 
A veces una vela. Altas, altas estrellas.

O la cruz negra de un barco. 
Solo. 
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda. 
Suena, resuena el mar lejano. 
Este es un puerto. 
Aquí te amo.

Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte. 
Te estoy amando aún entre estas frías cosas. 
A veces van mis besos en esos barcos graves, 
que corren por el mar hacia donde no llegan.

Ya me veo olvidado como estas viejas anclas. 
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde. 
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta. 
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.

Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos. 
Pero la noche llega y comienza a cantarme. 
La luna hace girar su rodaje de sueño.

Me miran con tus ojos las estrellas más grandes. 
Y como yo te amo, los pinos en el viento, quieren cantar tu nombre con sus 
hojas de alambre.

Pablo Neruda

lunes, 26 de noviembre de 2012

SOMOS LO QUE HEMOS AMADO

Puedo engañarme en las tardes
y gritar en rebeldía,
criticar a ellos, los días
y a su agridulce madre Vida.

Pero en las noches me besa
la Luna y me sonríe
y entiendo que madre me mece
y me susurra y me canta.

Susurros sobre aquel niño
que algún día hombre,
siempre humano, puso
la risa en la cuna, puso
ternura en el manto.

Susurros de esa otra madre,
y de un padre, y de otros tantos,
algo de Amores Innatos
que están fuera del engaño,
y todos sin viaje de vuelta,
y todos de seres humanos.

Me canta con mil violines,
con pianos bien afinados,
guitarras, trombones, saxos
¡todo es tan suave en su canto!

Me mece no tengas miedo.
Me dice sabes que te amo.
Entonces se van mis ojos
a otro lugar, cercano,
las fronteras son mi cuerpo
y a la vez van dando saltos
sin límites, para entender
que solamente hay un modo
y que Ella lo ha susurrado:

El amor...el amor...

...somos lo que hemos amado.



Luces de noche bohemia,
luces lascivas en talles,
luces nocturnas se filtran
por caminos tan dispares...

Son las luces de su boca
y serán, fulgor constante.

De esas luces sale humo
y aquellas callan distantes
en el camino del tiempo
¡luces hasta que se apaguen!

¿Qué palabras necesitas,
luz, que todo lo sabes?

Luces de cálidas mantas
que no enfrían sin taparse,
luces que envidia la envidia,
que viajan sin equipaje.

Luces por un romancero,
luces por tantos pasares.

En ellas encontró el alma
el más cómodo hospedaje
y baila entre estelas contenta,
estelas y soplos de aire,
que como aceite invisible
candela encienden en mares.

Y los piélagos se pintan grises
como si tras ir de bares
la Luna, borracha, hiciera
pública su obra de arte.

Borracha de vida y pena,
pintó de color los mares
y estos se lo agradecen
con las luces que no yacen.



MUERTE ACUNANDO A UN NIÑO

Quedó sin palabras el niño,
con sangre de sus ojos late,
tras tantos días sin vida
olvidó como construir frases.

Ni de odio, ni alegría,
olvidó cómo se hace
y luego se puso serio.
De su casa nunca sale.

Murió primero su abuelo,
quedó después sin su madre,
y su padre estaba loco,
loco de vida y de hambre.

¡Mi hermano se está muriendo!
gritó sin palabras el guaje
y sus pupilas nadaban
más no fue oído por nadie.

Se hizo luna en el suelo,
lanzó más de vida al aire,
este lo regaló a otros,
con cuidado, sin pisarle.

El niño parecía muerto
¡niño que harás sin tu madre!
que es amor sin dineros,
que fue la fe que no hallaste.

Se acurrucó temblando al suelo,
gritó, pero si venía alguien
su mirada vomitaba
llena de silencio y sangre.

Mas sus latidos gritaban
¡niño aguanta, no te apagues!

Y llegó el alba, y callaron
sorprendidos por el hambre
y quedó el padre riendo,
sin juicio para llorarle.

Abraza el niño a su abuelo
y siente el amor de su madre
antes de cerrar los ojos...

                          ...por fin iban a mirarle.

CABALLITO DE CARTÓN


Sin poder surcar los mundos
del niño y su caballito,
paso las horas soñando
que puedo escribir un grito,
un canto de poesía,
que eleve mis pies al mito.

Veo la luz que mantiene
mis ojos faltos de sitio,
para saber: sostenidos
no son más que banal oficio.

Que sus pestañas se vuelven
sin querer puro pesar,
para intentar llegar lejos
lejos de esta realidad,
que no es más mentira que otra
que parece más normal,
mentiras de cada día
que no saben de más allá.

Sueños de amor que se pierden
por no saber qué es el mar,
sueños de niños que quieren,
por fin hablar, ser, cantar.

Yo soy niña en mis entrañas,
más niña que cualquier San
que quiera oprimir mi vida
predicando ser capaz,
capaz de existir con prisa
como dicen que será
lo rentable, lo adecuado
para vivir sin pensar.

Que la vida es más que camino
vacío de ni un rosal,
que como él ha cantado
se hace camino al andar,
pero el camino no es simple,
no es tan rutinario o real,
el camino es ser consciente
de qué no es la realidad
Y de que cualquier caballito
corazón a través cabalgará,
embriagado por los sueños,
por la realidad de amar.

Amo a la vida y conozco
que me queda por amar
tantos resquicios de ella
que sin prisa he de alcanzar,
disfrutando de esas flores
que se esconden tras el mar
el cual se muestra infinito,
más siempre tiene final,
un final no tan sencillo
como llegar al final,
perfectamente escondido
entre ruido de canal,
que no es más que el sonido
que ha de incitarte a cantar.

Cantar que hay un caballito
que sabe lo que es vivir,
que ríe al son de aquel niño
que supo qué es existir.

http://www.youtube.com/watch?v=T6J_CRmDLS8